¿Los cheetos realmente están hechos de cartón? La respuesta te impactará

Los Cheetos, esas botanas de maíz de colores vibrantes y sabor irresistible, llevan acompañando a millones de personas alrededor del mundo. Sin embargo, en los últimos años, un rumor inquietante cobró fuerza en internet: ¿los Cheetos están realmente hechos de cartón?

La respuesta, rotundamente, es no. Este rumor, que circula en forma de videos virales y cadenas de correos electrónicos, carece de fundamento y solo busca generar desinformación y alarma entre los consumidores.

¿De qué están hechos los Cheetos?

Los ingredientes principales de los Cheetos son:

• Harina de maíz: La base de este snack, aporta la textura crujiente y la mayor parte de los carbohidratos.
• Aceite vegetal: Se utiliza para freír los Cheetos y darles su característico color dorado.
• Queso: El ingrediente que les da su sabor irresistible, proviene de la leche y sus derivados.
• Sal: Un potenciador del sabor que se añade en cantidades moderadas.
• Otros ingredientes: Incluyen especias, saborizantes artificiales y colorantes, todos ellos aprobados por las autoridades sanitarias y seguros para el consumo humano.

¿De dónde surge el mito del cartón?

El origen de este mito es incierto, pero se cree que podría estar relacionado con la maltodextrina, un polisacárido que se obtiene del almidón y se utiliza como aglutinante en la elaboración de los Cheetos.

La maltodextrina tiene un sabor y una textura similares al cartón, lo que podría haber llevado a algunas personas a creer que este es uno de sus ingredientes principales. Sin embargo, la cantidad de maltodextrina utilizada en los Cheetos es muy pequeña y no tiene un impacto significativo en su sabor o textura.

¿Por qué es importante desmentir este mito?

Es importante desmentir este mito porque puede generar preocupaciones innecesarias entre los consumidores, especialmente entre los padres de familia.

Los Cheetos no están hechos de cartón. Este rumor es falso y carece de fundamento. Los ingredientes de los Cheetos son seguros para el consumo humano, pues están aprobados por las autoridades sanitarias.