Los dulces que son vendidos por mayoreo suelen ser subestimados, pero por alguna razón, la marca de la que te hablaremos hoy: Laposse es un éxito total, pero no siempre fue así, y para que te des una idea de cómo escaló hasta ser una empresa dulcera reconocida, te contaremos su historia.
Así fue como la marca de chocolates y caramelos Laposse llegó a la cima del éxito
La historia de los chocolates Laposse está profundamente arraigada en la tradición familiar de la repostería y la panadería, que ha evolucionado a lo largo de generaciones.
Todo comenzó con Giovanni Laposse, quien llegó a México desde Italia en 1901. Inicialmente, trabajó en El Globo, una pastelería emblemática en la Ciudad de México. Tras la Revolución Mexicana, la familia original de El Globo decidió no continuar con el negocio, y Giovanni tomó las riendas en 1923, estableciéndose como el nuevo propietario. Bajo su dirección, El Globo floreció y se convirtió en un pilar de la repostería mexicana.
Alberto Laposse, nieto de Giovanni, creció inmerso en el mundo de la panadería y repostería. Desde niño, pasaba sus vacaciones en la fábrica, aprendiendo el oficio de su padre. Esta educación temprana cultivó en Alberto una pasión por la panadería y la repostería, que perdura hasta hoy. Tras la muerte de su padre, cuando Alberto tenía 24 años, él y sus hermanos se hicieron cargo de la empresa, expandiéndola y modernizándola.
A pesar del éxito, los desafíos económicos de los años 90 llevaron a la familia Laposse avender El Globo a Grupo Carso, que luego lo vendió a Grupo Bimbo. No obstante, Alberto no se desanimó. En 2011, abrió Panio en San Miguel de Allende, una panadería y pastelería que fusiona las tradiciones francesas e italianas con un enfoque artesanal. Panio ha sido un éxito y se ha convertido en un referente en la región, ofreciendo productos de alta calidad hechos con masa madre.
El nombre “Laposse” sigue siendo utilizado como una marca en honor a la familia que estableció su reputación en el mundo de la repostería y confitería en México. Aunque la familia Laposse ya no posee El Globo, el nombre sigue siendo un símbolo de calidad y tradición en la industria.
El legado de la familia Laposse comenzó con Giovanni Laposse en 1923 y continuó con su descendencia, estableciendo una reputación sólida y reconocida. Es una manera de honrar la historia y los valores de la familia que dieron origen a la marca.
