Motul: la ciudad yucateca que dio origen de los huevos motuleños

Desayunar huevos es probablemente una de las cosas más comunes que existe en todo el mundo, pues es algo nutritivo, rico y versátil que puedes hacer como tú quieras y que a largo de la historia y por distintos lugares se ha jugado tanto con ellos que hoy tenemos deliciosas preparaciones como los huevos motuleños.

Nadie duda de que Yucatán es un estado completamente gastronómico, pues, su cultura es tan rica que han logrado diferenciarse de todos los demás a través de la delicia y creación de sus ricos platillos que utilizan elementos como el lechón, el venado o el puerco como base de su cocina.

Los huevos de Doña Evelia

Motul es un pequeño pueblo a media hora de la capital yucateca, Mérida, caracterizado por una sola cosa; la creación de los huevos motuleños que si nunca los has probado son unos buenos huevos estrellados que vienen entre tortillas fritas, frijoles refritos, pedacitos de jamón, queso, chícharos y plátano macho coronado en una salsa roja de rechupete.

Esta ciudad yucateca es muy curiosa, pues todos sus edificios son rojos, dándole una uniformidad muy especial y una sensación de que en este lugar no pasa el tiempo que sin duda es curioso.

Es claro que la fundación de la ciudad viene desde tiempos coloniales, puesto que su hermosa iglesia, que es la corona de Motul, tiene una arquitectura virreinal que se puede ver también en el palacio municipal y la oficina ejidal que es tan importante entre las comunidades yucatecas.

Cientos de turistas y locales todos los días visitan el mercado 20 de noviembre para poder probar una de las mayores delicias que existen dentro de la gastronomía yucateca: los huevos motuleños de Doña Evelia.

Eso sí, te recomendamos que te vayas con tiempo y paciencia, puesto que la espera puede llegar a ser larga debido a su extrema popularidad, pero te prometemos que cada bocado va a valer la pena.

Cuenta la leyenda que los famosos huevos motuleños fueron inventados por accidente cuando el expresidente de México, Pascual Ortiz Rubio, decidió irse a Motul para poder nadar en un cenote y al salir decidió comer ahí.

Viajaba con su chef, pero al este no tener los suficientes utensilios para poner todo por aparte, decidió cocinar y emplatar todo junto, dando nacimiento a uno de los desayunos más ricos que existen.

Así que ya sabes cuando estés planeando tu siguiente aventura, piensa que si vas a Yucatán puedes probar esta delicia que, además de deliciosa, es muy barata y le gustará hasta el más piqui de la familia. ¿Qué dices, te lanzas?