La nieve de leche quemada tiene sus raíces en la cocina tradicional mexicana, donde el uso de ingredientes locales y técnicas artesanales ha dado lugar a una gran variedad de postres únicos.
La leche quemada, un ingrediente clave en esta receta, se obtiene al caramelizar la leche con azúcar hasta que adquiere un color y sabor tostado. Esta técnica se ha utilizado durante siglos en México para preparar postres y dulces tradicionales.
1. En una cacerola grande, calienta la leche a fuego medio.
2. Agrega el azúcar poco a poco, revolviendo constantemente hasta que se disuelva por completo.
3. Continúa cocinando la leche y el azúcar, revolviendo ocasionalmente, hasta que la mezcla se reduzca y tome un color dorado tostado (cuidado de no quemarla).
4. Si lo deseas, puedes agregar una rama de canela y/o un poco de esencia de vainilla a la leche mientras se cocina para infundir sabores adicionales.
5. Retira la leche quemada del fuego y deja que se enfríe a temperatura ambiente.
6. Una vez que la mezcla esté completamente fría, transfiérela a un recipiente y refrigérala durante al menos 4 horas o hasta que esté bien fría.
7. Vierte la leche quemada fría en la máquina para hacer nieve.
8. Sigue las instrucciones de la máquina para preparar la nieve hasta que adquiera una textura suave y cremosa.
Una vez que la nieve esté lista, sírvela en copas o recipientes individuales y decórala con un toque de canela en polvo o trozos de cajeta (dulce de leche) para realzar su sabor.
Disfruta de esta deliciosa nieve artesanal de leche quemada como postre refrescante en cualquier ocasión especial o simplemente para consentirte a ti mismo.
