El rompope, una bebida tradicional mexicana, es el ingrediente estrella que eleva estos bolis a un nivel celestial. Con su base de leche, azúcar, huevos y esencia de vainilla, el rompope aporta una riqueza y suavidad incomparables. Su sabor único, con un toque de almendra y canela, se convierte en el corazón y alma de esta receta.
1. Preparación de la mezcla base: En un recipiente, combina el rompope, la leche evaporada y la leche condensada. Mezcla hasta lograr una consistencia homogénea. Agrega unas gotas de esencia de vainilla para realzar aún más los sabores.
2. Vertido en moldes: Vierte la mezcla en los moldes para paletas o bolis, asegurándote de dejar un espacio mínimo en la parte superior. Este paso es crucial para garantizar que los bolis se congelen correctamente y tengan la textura adecuada.
3. Congelación: Transfiere los moldes al congelador y deja que los bolis se congelen por al menos 4-6 horas, o preferiblemente durante la noche. La paciencia en este paso será recompensada con una deliciosa golosina helada.
4. Servir: Una vez que los bolis estén completamente congelados, sírvelos inmediatamente para disfrutar de su frescura.
Si deseas llevar tus bolis de rompope al siguiente nivel, puedes espolvorear almendras trituradas o nueces, espolvorear un poco de canela sobre los bolis antes de congelarlos para intensificar el aroma y sabor del rompope o puedes agregar pequeños trozos de frutas frescas, como fresas o mango.
Sorprende a tus seres queridos con esta exquisita delicia casera y deja que los bolis de rompope se conviertan en la estrella de tus días calurosos.
