¿Qué es la dieta proteica y para qué sirve?

La proteína es uno de los nutrientes que producen más saciedad y es justamente ese factor lo que convierte a los alimentos que poseen una gran cantidad de este nutriente un infaltable en la dieta para perder peso.

Si bien la mayor fuente de proteína se puede encontrar en carnes, fundamentalmente el pollo, es posible encontrarla en otra serie de alimentos como huevo y leche, entre otros. Sin embargo, hacer una dieta proteica es recomendado únicamente si se tiene un seguimiento profesional.

El motivo radica en un punto muy importante: generan mucha saciedad, motivo por el cual se come menos gracias a ellos. Lo que ocurre es que, al retomar la alimentación sin restricciones, la falta de toda esa cantidad de proteína genera mucha hambre, ocasionando un efecto rebote que deriva en un fuerte aumento de peso.

Cómo hacer una buena dieta proteica

Cuando empiezas a comer menos gracias a ella, empezarás a notar rápidamente que pierdes peso. El problema es que hacer cambios abruptos de alimentación pueden perjudicar a la salud y, en este caso, incluso derivar en mareos y aumento de peso.

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Una ingesta de proteínas tan alta puede sobrecargar al sistema hepático y renal, por lo que la decisión de encausar una dieta proteica debe estar acompañada por el asesoramiento de un profesional, ejercicio físico diario y constante y un plan de alimentación cuidado donde se incorporen vegetales y frutas en cantidad.

La clave, en esta y en todas las dietas, es encontrar un equilibrio entre el factor principal del régimen de alimentación como con el resto de nutrientes y minerales. Si se hace una dieta proteica, hay que compensar con frutas, vegetales, cereales y líquidos sin azúcar.

Además, hay que entender que la velocidad con la que aparecen los resultados varía según el tipo de cuerpo de cada persona. En algunos casos, la evidencia del cambio llega más rápido y, en otros, más lento.