Hay muchas dietas para bajar de peso y todas coinciden en lo mismo: hay que comer pescado. Al ser una fuente impresionante de Omega-3, cuenta con un paquete de nutrientes difícil de encontrar en otro producto de origen animal y se convierte en un aliado indiscutido del buen comer.
No obstante, el pescado solo no hace milagros. Y el atún tampoco. Las dietas, planes de alimentación y modificaciones en la ingesta requieren de un estudio previo, un seguimiento con un profesional de la salud y un acompañamiento necesario con ejercicio.
Es importante que antes de cambiar radicalmente la dieta se consulte con un médico o nutricionista de confianza. Cada cuerpo responde de distinta manera a la alimentación y no siempre se obtienen buenos resultados con este tipo de cambios. Sin embargo, sí se puede lograr el cambio deseado con un correcto asesoramiento.
Dieta del atún. | Ejemplo de cena: huevo duro, atún y ensalada con verduras
(Fuente: archivo)
La dieta del atún obtiene su nombre por basarse en la ingesta de este alimento de origen animal como eje principal. En caso de obtener la aprobación de un profesional para hacerla, no se debe hacer por más de tres días seguidos.
Es una dieta muy restrictiva que implica dejar de comer muchas cosas, por lo que se desaconseja por completo seguirla con periodicidad. Es para un objetivo puntual y no más que eso. Habrá que dejar, por tres días, las carnes rojas, dulces, harinas, snacks, salsas y alimentos ultraprocesados.
Se deberá comer atún como base de la alimentación acompañándolo de frutas y verduras sin límites y, claro, agua mineral como bebida. A continuación, un modelo de planificación diaria. Puedes ingerir productos altos en fibra si quedas con apetito.
