⁠El Moro: La historia detrás de la churrería más famosa

Las churrerías son una herencia directa de la colonia pues se cuenta que este manjar dulce en realidad se inventó por tierras españolas hace muchos siglos pero en este país se ha mexicanizado a través de la forma de hacer, cortarlo y servirlo y el arte chuchero se puede ver el Moro como en ningún otro lado.

Esta famosísima churrería, que ya cuenta con muchas sucursales a lo largo y ancho de la ciudad, se ha hecho popular por tener precios razonables y un sabor inigualable.

Churros con 89 años de tradición

Churrería El Moro nace como la conocemos hoy en 1935, en el corazón de la Ciudad de México; sin embargo, realmente esta historia comienza dos años antes cuando un joven inmigrante español de nombre Francisco Iriarte emigró a México para buscar una nueva calidad de vida y lo logro vendiendo churros.

Lo curioso aquí es que este hombre empacó en su maleta la receta familiar para hacer churros que hoy 89 años después sigue cautivando el paladar de todos los que los prueban.

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Iriarte decidió que él iba a vender sus churros que sabía que eran espectaculares, para lo que se compró un carrito y comenzó su vendimia en la esquina del Zócalo capitalino. El éxito no se hizo esperar pues se le empezó a conocer entre la población gracias a su inigualable sabor y atención.

Con la cartera de clientes que ya tenía y sabor de haberse la confianza de todos abrió un local en la avenida de San Juan de Letrán que hoy es el Eje Central, a su recién inaugurada churrería la bautizó como “El Moro” porque así era como le decían en su pueblo natal.

A lo largo de los años, El Moro ha sido testigo de la historia de la Ciudad de México. Sus mesas han acogido a políticos, artistas, estudiantes y familias enteras, quienes han disfrutado de la misma experiencia única que ha cautivado a generaciones.

Después de 89 años en la industria churrera, se puede decir que más que un simple negocio se ha convertido en toda una institución cultural que hoy es parte intangible del imaginario cultural chilango, preservando una tradición culinaria.

La idea del carrito ha trascendido fronteras, pues hoy por hoy tienen hasta una sucursal en California, Estados Unidos, lo que lo hace ya un comercio de renombre internacional.

Esta fascinante historia es una muestra de cómo la dedicación y el amor al trabajo hace que el éxito se sirva a la mesa con tal solo lo que una vez fue un sueño.

Hoy pensamos en este lugar como primera opción siempre que queremos unos buenos churros con chocolate y es que no hay mejor lugar que El Moro para esto.