¿Por qué el champagne no es una bebida cara en Francia?
Una bebida que en México es digna de celebraciones, pero en otra región del mundo es tan común como tomar té.30 de julio, 2024 | 06:00 a.m.En México existe una tradición no escrita para celebrar un suceso importante: brindar, y por supuesto que una botella de champagne siempre va ad hoc a la ocasión, pues su precio en el país le da ese prestigio digno sólo de ocasiones especiales, pero ¿sabías que existe un lugar en el mundo donde su precio es bajo? Y no sólo eso, pues es una bebida que podría tomarse a diario.
La realidad de la Champagne en Francia, spoiler: no es tan especial como en México
En Francia, la región de Champagne, esto es una realidad cotidiana. Aquí no es solo para ocasiones especiales; es una bebida que se disfruta regularmente desde una cena familiar hasta una reunión con amigos.
Primero consideremos la proximidad. Para los franceses las bodegas de champagne están a un corto trayecto en coche, esto significa que no tienen que pagar altos costos de transporte y distribución que se suman al precio en otros países. Los pobladores pueden comprar directamente de los productores locales, lo que ahorra mucho dinero.
Luego está la oferta abundante. La región de Champagne produce millones de botellas cada año y muchas de ellas se quedan en Francia. Esto mantiene los precios competitivos. No solo hablamos de las marcas más conocidas como Moët & Chandon o Veuve Clicquot, sino también de muchos pequeños productores que ofrecen esta bebida de excelente calidad a precios más asequibles.
En Francia, el champagne es parte de la cultura. No se reserva solo para bodas o año nuevo. Se bebe en cumpleaños, almuerzos de domingo, y cualquier otra ocasión que merezca un brindis. Esta normalización del consumo significa que el champagne es accesible y no se considera un lujo inaccesible.
Además, los franceses tienen una variedad de opciones a su disposición. Desde los grandes nombres hasta los productores artesanales, hay para todos los gustos y presupuestos. Esto diversidad permite a los consumidores elegir lo que mejor se adapta a sus preferencias y a su bolsillo.
Otra ventaja es que, al ser un producto local, no está sujeto a impuestos de importación o tarifas adicionales que se aplican en otros países. Esto ayuda a mantener los precios más bajos y accesibles para los consumidores locales.
Finalmente, las grandes casas de champagne tienen economías de escala que les permiten producir en grandes cantidades y vender a precios más bajos. Esto se traduce en una mayor asequibilidad para todos.
Así que, mientras en muchos lugares del mundo el champagne es sinónimo de lujo y ocasiones especiales, en Francia, es simplemente una parte deliciosa y accesible de la vida cotidiana.