Si escuchas que mencionamos un huevo de chocolate que adentro tiene un mini juguete, seguro sabes de qué marca estamos hablando: Kínder. Pero esta popularidad no surgió de la noche a la mañana, pues tiene toda una historia detrás de su éxito, y aquí te la contaremos para que te des una idea del camino que tiene que pasar una empresa hasta ser reconocida por la mayoría de los mexicanos.
Conoce la historia de Kínder Sorpresa, el famoso huevo de chocolate
La historia de Kínder Sorpresa comienza con la visión de un pastelero italiano llamado Pietro Ferrero. Después de la Segunda Guerra Mundial, en 1946, Pietro fundó una pequeña pastelería en la región de Piamonte, Italia. Con una mezcla de ingenio y pasión, creó una crema de avellanas y cacao que se convertiría en Nutella, un producto que conquistaría el paladar de millones.
Pietro tenía un hijo, Michele Ferrero, quien heredó no solo el negocio familiar, sino también la pasión por la innovación. Michele siempre estaba buscando nuevas formas de sorprender y deleitar a los consumidores.
En 1968, lanzó una línea de chocolates pensados específicamente para los niños y la llamó “Kínder”, que significa “niño” en alemán. Su visión era clara: ofrecer chocolates que no solo fueran deliciosos, sino también seguros y adecuados para los más pequeños.
Un día, mientras observaba cómo sus hijos disfrutaban de los tradicionales huevos de Pascua con sorpresas en su interior, Michele tuvo una idea brillante. ¿Por qué no crear un producto que combinara el placer del chocolate con la emoción de descubrir un juguete sorpresa? Así nació la idea de Kinder Sorpresa.
En 1974, de acuerdo al sitio web de Kinder, y después de mucho trabajo y experimentación, Ferrero lanzó el primer Kinder Sorpresa. Era un huevo de chocolate hueco que contenía una pequeña cápsula de plástico con un juguete en su interior. La magia de Kinder Sorpresa residía en la emoción de abrir el huevo y descubrir qué sorpresa se encontraba dentro.
La idea fue un éxito inmediato. Pronto, Kinder Sorpresa se convirtió en un fenómeno en Europa y más allá, conquistando mercados en todo el mundo.
Sin embargo, el camino no estuvo exento de desafíos. En Estados Unidos, por ejemplo, la venta de Kinder Sorpresa fue prohibida debido a una ley que prohíbe la inclusión de objetos no comestibles en productos alimenticios. Pero Michele Ferrero y su equipo no se dieron por vencidos. Después de muchos años de esfuerzo, lanzaron Kinder Joy en 2017, una versión modificada que cumplía con las regulaciones estadounidenses.
La visión de Michele Ferrero de crear un chocolate que ofreciera una experiencia única ha dejado una huella imborrable en la historia de los dulces.
