Conoce el pueblo fantasma de Michoacán que fue consumido por la lava de un volcán

En las faldas del volcán Paricutín, en el estado mexicano de Michoacán, se encuentra un pueblo fantasma único en el mundo: San Juan Parangaricutiro. Este lugar, alguna vez un próspero pueblo de más de 2,000 habitantes, fue devorado por la lava del volcán entre 1943 y 1952.

¿Qué sucedió en San Juan Parangaricutiro?

La historia de San Juan Parangaricutiro es una historia de tragedia y resiliencia. El 20 de febrero de 1943, la tierra comenzó a temblar y una fisura se abrió en el campo de maíz de Dionisio Pulido. De la fisura brotó lava, dando inicio a la erupción del volcán Paricutín.

En cuestión de días, la lava comenzó a cubrir los campos y las casas de San Juan Parangaricutiro. Los habitantes, aterrorizados, huyeron del pueblo buscando refugio en las ciudades y pueblos cercanos. Algunos incluso se vieron obligados a abandonar sus pertenencias y animales.

Para 1952, la iglesia del pueblo, el último edificio en pie, fue finalmente sepultada por la lava. San Juan Parangaricutiro había sido completamente consumido por el volcán.

El pueblo fantasma de Michoacán

Hoy en día, San Juan Parangaricutiro es un pueblo fantasma petrificado por la lava. Las calles, las casas y la iglesia están cubiertas por una capa de roca volcánica. Los visitantes pueden caminar entre las ruinas del pueblo y observar cómo la lava ha preservado algunos objetos, como muebles, herramientas e incluso ropa.

San Juan Parangaricutiro es un lugar único que ofrece una experiencia inolvidable a los visitantes. Es un lugar para reflexionar sobre la fuerza de la naturaleza y la capacidad de los seres humanos para adaptarse a la tragedia.

¿Cómo llegar?

San Juan Parangaricutiro se encuentra a unos 200 kilómetros de la ciudad de Morelia, Michoacán. Se puede llegar en coche o autobús. Hay varios tours disponibles desde Morelia y otras ciudades de Michoacán.

¿Qué ver y hacer?

Los visitantes pueden explorar las ruinas petrificadas del pueblo, visitar la iglesia, subir al mirador del volcán Paricutín y aprender sobre la historia del pueblo en el museo local. También hay restaurantes y tiendas de artesanías en el pueblo.