El tejuino es una bebida tradicional de México hecha a base de maíz fermentado, y se ha convertido en un clásico de la mixología del país, pues su peculiar sabor ha cautivado miles de paladares que no pueden parar de disfrutar este manjar mexicano.
¿Qué ingredientes se necesitan para preparar tejuino?
1 taza de masa de maíz nixtamalizado (puedes encontrarla en mercados locales)
En una olla grande, disuelve la masa de maíz en 4 tazas de agua. Tómate tu tiempo para asegurarte de que no queden grumos. Usa una cuchara de madera y mezcla con cariño, pensando en el sabor tradicional que estás recreando.
Enciende la estufa a fuego medio y lleva la mezcla a ebullición. Remueve constantemente, como lo haría una abuela cuidando su receta secreta, para evitar que se pegue al fondo de la olla. Cocina hasta que la mezcla espese y tenga una consistencia similar a la del atole.
Añade el piloncillo rallado (o azúcar morena) a la mezcla caliente. Siente cómo el dulce aroma llena la cocina mientras se disuelve completamente en la mezcla.
Retira la olla del fuego y deja que la mezcla se enfríe a temperatura ambiente. Una vez fría, viértela en un recipiente de vidrio o cerámica. Cúbrelo con un paño limpio, como si estuvieras protegiendo un tesoro, y déjalo fermentar a temperatura ambiente durante al menos 24 horas. Si te gusta un sabor más fuerte, puedes dejarlo fermentar un poco más.
Después de la fermentación, revuelve bien la mezcla fermentada. Vierte esta mezcla en una jarra grande y añade 1 taza de agua para diluirla un poco, o más si prefieres una consistencia más líquida.
Añade el jugo de limón recién exprimido y una pizca de sal al gusto. Revuelve bien, saboreando el aroma cítrico que se mezcla con el maíz fermentado.
Sirve el tejuino en vasos altos llenos de hielo. Si te gusta experimentar con sabores, añade un poco de chile en polvo y tamarindo para darle un toque especial.
Ahora, siéntate, relájate y disfruta de tu refrescante y tradicional tejuino. Comparte este momento con tus seres queridos y brinda por las tradiciones que nos conectan con nuestras raíces. ¡Salud!
