¿Eres de los que comen rápido? ¡Pisa el freno! Así es como estás afectando tu salud
Comer a la velocidad de la luz puede provocar varias afectaciones a tu organismo.19 de octubre, 2024 | 07:30 a.m.Si a la hora de comer eres más veloz que ‘Checo’ Pérez en las pistas... ¡aguas! Le podrías estar causando un gran daño a tu salud.
El ritmo de vida acelerado que llevamos nos roba a menudo tiempo para actividades tan básicas como comer. Muchos de nosotros desayunamos algo rápido al salir de casa, o nos zampamos la comida para ganar un poco más de tiempo para ser productivos en el trabajo o para dedicarnos a nuestra vida personal.
El problema para nuestra salud de comer rápido
Pero esto tiene grandes repercusiones para nuestra salud. Ve contestando estas preguntas: ¿Sufres de exceso de gases? ¿frecuentemente te sientes pesado o hinchado? ¿hace cuánto que no prestas atención a lo hambriento o lleno que te sientes?
- Exceso de gases
¡Pun, pun, pun! Ya parece batalla campal. Y es que esto se produce al tragar mucho aire mientras comes, lo que se conoce como aerofagia.
Esto te puede provocar desde un ligero malestar, sensación de pesadez e hinchazón hasta dolor y que la panza se te ponga dura y grandota.
Comer deprisa es uno de los principales factores que aumentan tanto la ingesta de aire como la producción de gases, aunque también pueden contribuir el chicle, el tabaco y las alteraciones de la microbiota intestinal.
- No masticar lo suficiente
Al comer con prisas tenemos menos tiempo para masticar, por lo que los alimentos llegan casi enteros al estómago y se necesitan más ácidos gástricos para digerirlos como Dios manda. Además de requerir un mayor esfuerzo metabólico, esto también provoca sensación de pesadez e indigestión.
Otro efecto de no masticar lo suficiente, y por tanto no permitir que las enzimas orales hagan su trabajo, es la absorción de los alimentos en el intestino delgado. A pesar de los esfuerzos del estómago, los alimentos sin masticar pueden llegar al intestino sin haber sido digeridos lo suficiente.
- No saber cuándo parar
Pasa que cuando comes muy rápido ni te fijas cuánto has comido y tu mente puede no darse cuenta cuánto has comido y por tanto dar la señal de que ya estás satisfecho.
Dos hormonas regulan la sensación de saciedad o hambre que sentimos: la grelina, que desencadena la sensación de hambre, mientras que la leptina, que nos hace sentir saciados. Una vez que vemos, olemos y empezamos a comer, la leptina tarda entre 20 y 30 minutos en activarse. Esto significa que, cuando comemos demasiado rápido, ingerimos más de lo que realmente necesitamos: la leptina no tiene tiempo suficiente para actuar y decirnos que ya hemos comido suficiente.
- Consecuencias más graves
Comer demasiado rápido puede tener repercusiones más graves para nuestra salud. Diversos estudios muestran una relación entre la velocidad a la que comemos y los factores de riesgo cardiovascular, niveles elevados de triglicéridos y mayores probabilidades de desarrollar síndrome metabólico, o de sufrir sobrepeso u obesidad, especialmente entre los diabéticos.
Por lo tanto, definitivamente debes pisar el freno y comer más des-pa-ci-to. Tómate tu tiempo para disfrutar tu lunch, mastica lento y dale tiempo a tu cuerpo de sentirse lleno.