Healthy
¿En qué consiste la dieta paleo y cuál es su verdadero objetivo?
No se enfoca en perder peso sino en retomar viejos hábitos.16 de febrero, 2024 | 09:00 a.m.
Dieta paleo | Los vegetales son parte fundamental de este plan
(Fuente: Pexels)
Una dieta paleo es, en realidad, una dieta paleolítica. Se basa en hacer un cambio de alimentación orientado a aquellos alimentos que se comían en la era paleolítica, tiempos que datan de hace 2,5 millones de años a 10.000 años.
Obviamente, esa dieta no implica literalmente adoptar las costumbres alimenticias de hace millones de años, sino adaptarlas a la modernidad pero haciéndolo bajo la premisa de que nuestros genes no están del todo adaptados para las dietas más actuales.
En ese sentido, el verdadero objetivo no es bajar de peso o subir de peso, sino que el verdadero motivo de esta dieta es generar unos hábitos mayormente saludables. Quienes pregonan este tipo de alimentación creen que los cambios en la forma de comer desarrollados en estos últimos años son los culpables de la obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas.
Qué comer y qué no comer en una dieta paleo
Como en todas las dietas y cambios radicales de alimentación, la recomendación es hacer la consulta con un profesional de la salud para que brinde un asesoramiento correcto respecto a cómo puede impactar en nuestro cuerpo.
Más allá de eso, hay un lineamiento general de lo que una dieta paleo implica y qué alimentos se pueden comer (y cuáles no) si se la va a adoptar como parte de nuestro día a día.
En ese sentido, habría que prestar especial atención a los siguientes alimentos, intentando comerlos e incorporarlos a las recetas de todos los días.
- Frutos secos y semillas
- Vegetales
- Frutas
- Aceites de frutas y de frutos secos, como el aceite de oliva o el de nuez
- Pescados, especialmente aquellos como el salmón, la caballa y el atún blanco
- Carnes magras
- Huevos
Por el contrario, esta es la lista de alimentos que sería mejor evitar si se toma la dieta paleo como una regla para alimentarse.
- Trigo, avena y cebada.
- Lentejas, cacahuates y frijoles.
- Leche y queso.
- Azúcares y sales agregadas.
- Maíz, guisantes, chícharos, elotes y papas blancas (vegetales con almidón).
- Cualquier alimento procesado.
