Lo primero que debes saber es que el “aire” en las bolsas de Sabritas no es realmente aire, sino una mezcla de gases.
El “aire” dentro de la bolsa actúa como un colchón protector para las Sabritas. Durante el transporte, almacenamiento y manipulación, las bolsas pueden sufrir golpes, caídas o presiones que podrían dañar las Sabritas, rompiéndolas o aplastándolas.
Este, absorbe parte de la fuerza de estos impactos, minimizando el daño al producto y garantizando que lleguen a tus manos en perfectas condiciones.
Asimismo, las Sabritas, como cualquier otro alimento, son susceptibles a la oxidación y la rancidez. El aire dentro de la bolsa ayuda a mantener las Sabritas alejadas del oxígeno, un elemento que acelera estos procesos de deterioro. De esta manera, el aire contribuye a conservar la frescura y el sabor original de las Sabritas durante más tiempo.
Las bolsas llenas de aire también juegan un papel importante en la presentación del producto. Una bolsa inflada resulta más atractiva visualmente y crea una sensación de abundancia, lo que puede influir en la decisión de compra del consumidor. Además, el aire facilita la manipulación de la bolsa, permitiendo abrirla y cerrarla con facilidad.
Recuerda, la cantidad de aire en las bolsas de Sabritas está regulada por las autoridades sanitarias para garantizar que no se esté engañando al consumidor.
Si bien la presencia de aire en las bolsas de Sabritas puede generar cierta confusión entre los consumidores, es importante comprender que cumple funciones cruciales para proteger el producto, conservar su frescura, mejorar su presentación y optimizar los costos de producción.