San Miguel de Allende: La curiosa historia detrás de su imponente catedral
El que pareciera ser el pueblo más turístico de todo México esconde una historia de orgullo nacional que hoy te chismeamos. 09 de mayo, 2024 | 11:00 p.m.Guanajuato es un estado conocido por sus empinadas calles, sus majestuosos edificios que recuerdan a la colonia, su industria cultural y por ser la cuna en donde se gestó el México independiente y de todos sus pueblos y ciudades hay uno que podemos denominar como aesthetic y el lugar al que todos quieren ir es San Miguel de Allende.
Con una rica cultura y gastronomía, este pueblo en Guanajuato ha causado furor entre locales y extranjeros desde hace décadas, gracias en gran medida a su imponente catedral que corona la ciudad como la reina que es.
San Miguel Allende: entre coloridas calles e increíbles leyendas
San Miguel de Allende es uno de los principales pueblos mágicos del país por su exquisita arquitectura virreinal que, a donde quieras que volteas, te traslada a épocas pasadas. Este lugarcito que tiene mucho encanto es un motivo de orgullo nacional, pues allá por el 2002 fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Esto provocó una ola impresionante de turismo a la ciudad que ha hecho que hoy en día está perfectamente bien conservada y cuidada, eso sin contar todos los extranjeros que han llegado a vivir a ahí por uno o por otro motivo.
En medio del pueblo, de manera imponente, se encuentra su rosa catedral que ha posado en cientos de miles de fotos a lo largo de los años y de la que detrás de su fachada se esconde una curiosa historia.
La catedral de San Miguel se remonta al siglo 17, pero su construcción original de estilo platero era muy sencilla por lo que no destacaba por nada.
Para finales del siglo 19, ya se encontraba muy desgastada y, como debería de ser una adinerada familia local, decidió poner su iglesia muy bonita y donó el dinero para que pudieran encargarse de ella.
Así que la iglesia contrató a un albañil de nombre Zeferino Gutiérrez, que en su casa guarda con recelo los planos de la catedral de la ciudad de Colonia en Alemania, pues le encantaba su estilo neoclásico que se dispuso a implementar en este proyecto.
Duró diez años la remodelación y reconstrucción de la fachada, pero al final este hombre logró una obra de arte con piedra rosa de cantera de las faldas del ya extinto volcán Palo Huérfano.
Pero con esfuerzo y dedicación lograron terminar la construcción de una catedral sin igual.
Esto es un motivo de orgullo nacional como ningún otro, pues Zeferino tenía raíces indígenas y había sido criado en pobreza, pero él era un genio con ganas de dejar huella y vaya que la dejó.
Lo creas o no, al principio se lo devoraron vivo, pues la gente por aquel entonces no creía que esto se viera bien en la ciudad por la diferencia en estilos de los edificios, pero en cuanto se les pasó la sorpresa, pudieron admirar y aceptar que eso era una belleza sin igual.
¿Fascinante, no lo crees? Bueno, pues si te avientas un viajecito por aquellos lares al ver la catedral recuerda que admiras arte 100% mexicano.