Los eclipses solares, eventos astronómicos fascinantes que ocurren cuando la luna pasa entre la tierra y el sol, sin embargo, pueden tener un impacto notable en el comportamiento de los animales.
Uno de los aspectos más interesantes del comportamiento animal durante un eclipse solar es la respuesta a los cambios en la luz ambiental, esto puede confundir a diversas especiales que dependen de la luz solar para regular sus actividades diarias.
Una de los principales comportamientos es su alteración en el descanso, ya que los animales al percibir que el cielo se oscureció, dejan de alimentarse, caminar o convivir para ir a dormir. Un caso peculiar es el de las gallinas, porque cacarean como si hubiese amanecido de nuevo o los grillos, que hacen su sonido peculiar nocturno.
En otros casos, tienen reacciones instintivas ante estos cambios repentinos en la iluminación, lo que puede llevarlos a buscar refugio hasta que la luz del sol vuelva a salir. Las aves también dejan de volar y se resguardan.
De manera negativa, especies domesticas como gatos y perros pueden alterarse, estresarse y agitarse debido al oscurecimiento, sobre todo, los michis que tienden a tener sus sentidos mucho más sensibles que los de un lomito.
Otro aspecto, es que si voltean a ver directamente el eclipse solar, pueden tener daños oculares como los humanos, según los datos de la Médico Veterinario Zootecnista de la UANL, Iris Tristán.
Durante este fenómeno, la temperatura puede disminuir brevemente debido a la falta de radiación solar directa. Esto puede influir en el comportamiento de los animales que son sensibles a los cambios de temperatura, como los insectos, los reptiles y algunos mamíferos.
En resumen, los eclipses solares pueden alterar el comportamiento de los animales debido a una combinación de cambios en la luz, la temperatura, los ritmos circadianos y los campos electromagnéticos de la Tierra.
