Esta es la historia de la cadena Café Jekemir en la ciudad

La historia de Café Jekemir en la Ciudad de México se remonta a 1938. Fue entonces cuando el inmigrante libanés Don Salomón Guraieb decidió fundar este sitio que hoy en día es una cadena reconocida, con la firme intención de ofrecer a los capitalinos el mejor y más aromático café que pudieran disfrutar.

Así nació la cadena de Café Jekimir

Desde sus inicios, la visión de Don Salomón era clara: crear un espacio donde el café no solo fuera una bebida, sino una experiencia que deleitara los sentidos y uniera a las personas en torno a una taza humeante, además de ofrecer el icónico café de arena turco y variedad de delicias de su país natal directo a la capital.

Con el paso de los años, Café Emir se convirtió en un referente en la escena cafetera de la capital mexicana. Sus aromas embriagadores y su atención al detalle atrajeron a una clientela fiel, ávida de disfrutar de una experiencia única en cada sorbo. Sin embargo, fue en 1997 cuando la cadena experimentó una transformación.

En ese año, cambió su nombre por el de Café Jekemir, un cambio que reflejaba no solo una nueva identidad, sino también una renovada pasión por el café y su cultura. Bajo el liderazgo de la familia Guraieb ¡y que hoy labora la tercera generación!, este lugar se convirtió en un referente chilango.

Café Jekemir ya cuenta con diversas sucursales ubicadas en diversos puntos de la Ciudad de México, los clientes pueden disfrutar desde el icónico café turco preparado en la tradicional cafetera de arena, hasta café a granel de las mejores regiones cafetaleras del mundo, pasando por una exquisita selección de repostería y panes originarios de Turquía.

Lo mejor es que sus precios son tan económicos que van desde los 30 pesitos hasta los 200 o más si es que quieres llevarte unos kilitos de café a granel para prepararlo en casa.

Con cada sorbo, Café Jekemir continúa escribiendo su historia, una historia que invita a todos a sumergirse en el fascinante mundo del café y a disfrutar de sus incontables placeres.