Si amas las quesadillas, te decimos lo que pasa si las comes diario
Con queso o sin queso, aquí te decimos lo saludable que puede ser (o no) comer quesadillas.
Comer quesadillas es una excelente forma de iniciar o terminar el día, pues su sazón le da el sabor perfecto a cualquier ocasión, pero ¿alguna vez te has preguntado si son saludables? Y si podrías disfrutarlas diariamente y sin remordimientos, aquí te contamos todos los detalles y de qué forma este alimento puede o no, ser un aliado de tu salud.
¿Con queso o sin queso? Esto es lo que lleva la quesadilla
Un debate muy común entre regiones es sobre el queso en las quesadillas, pues hay quienes argumentan que sí lleva, y quienes dicen que no.
La realidad es que esto depende de la persona, el restaurante y la zona en donde se consuman las quesadillas, pero el queso es un ingrediente común en el platillo.
Regularmente, está compuesta por tortillas de maíz, queso, algún guisado y para terminar de ponerle sazón se le pone verdura o salsa, pero es cuestión de gustos.
¿Es saludable comer quesadillas?
La quesadilla, más que un simple antojito mexicano, puede ser una opción nutritiva si se prepara de manera balanceada.
Al estar hecha con tortilla de maíz, la quesadilla ofrece beneficios como un mayor aporte de calcio y vitaminas, lo que la convierte en un alimento que puede ser parte de una comida completa.
El truco está en cómo la prepares. Si fríes las quesadillas en mucho aceite, puedes convertir un platillo saludable en uno alto en calorías, lo que podría impactar negativamente en tu salud si lo consumes con frecuencia.
El queso también tiene sus matices. No es malo disfrutar de un buen queso en tus quesadillas, pero es crucial moderar la cantidad. Aunque el queso aporta proteínas y calcio, su alto contenido en sodio y grasas saturadas puede ser problemático si se consume en exceso.
Lo ideal es elegir quesos que sean más bajos en grasas o sodio, y disfrutarlo en porciones moderadas. Según la American Heart Association, la porción recomendada de queso es de 42.5 gramos, y no más de tres porciones al día.
Así que la próxima vez que disfrutes de una quesadilla, recuerda que puedes hacerla más saludable con unas simples decisiones: asarla en lugar de freírla, usar queso en cantidades adecuadas, y acompañarla con ingredientes frescos. ¡De esta forma, puedes disfrutar de todo su sabor sin preocupaciones!