México es un país con una grande historia culinaria. Sus numerosos platillos ponen en alto la gastronomía del país. Un ejemplo claro son los sopes, un alimento que tienen origen prehispánicos y que guardan un gran sabor, pero no solo eso, sino que esconden grandes aportaciones nutricionales a la dieta.
¿Dónde surgieron los sopes?
Se sabe que los sopes tienen origen en las culturas prehispánicas que habitaban en el centro y sur del país, sin embargo, se cree que los toltecas fueron quienes los crearon, de acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Con el pasar de los años, este platillo, como muchos otros, fue adoptando características especiales de cada región. Hoy en día, cada estado tiene sus variantes de sopes.
Consumir sopes con regularidad puede aportar diversos beneficios a tu salud. Pese a que varía su preparación, la mayoría tiene ingredientes clave: una base de maíz, frijoles, queso, verduras y algún tipo de carne.
La masa de maíz nixtamalizado, de acuerdo con laUNAM, es una excelente fuente de vitamina B y de minerales como el calcio, hierro y fósforo.
Por otra parte, la Sader indica que los frijoles contienen importantes minerales como el hierro, potasio, magnesio y zinc. También son ricos en carbohidratos complejos y fibra, lo que propicia una liberación lenta y gradual de energía.
Mientras que los productos de origen animal como la carne de res, pollo o cerdo aportan grandes cantidades de proteína de gran calidad, entre otras cosas.
Eso sí, de lo único que debes tener cuidado es de la grasa, ya que en algunas partes suelen freír la base de los sopes en abundante aceite y esto puede ser dañino. Recuerda que todo es con moderación.
Los sopes son mucho más que un simple antojo. Son un reflejo de la rica gastronomía mexicana y una fuente de nutrientes esenciales. Así que la próxima vez que tengas la oportunidad de disfrutar de unos buenos sopes, no lo dudes y deléitate con este platillo lleno de sabor y tradición.
