Para empezar, debemos definir bien qué es la tuna, una fruta de la familia de las cactáceas la cual tiene una cáscara gruesa y espinosa con una pulpa abundante en semillas.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México, la tuna contiene un nivel alto de minerales, vitaminas y proteínas, es jugosa, saludable y beneficia a la digestión por su contenido en fibra gracias a las semillas.
La Guía de Alimentos para la Población Mexicana del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sostiene que en promedio dos piezas de tuna equivalen a 60 calorías.
Por ello, la tuna es considerada una de las frutas con un bajo contenido calórico gracias a que contiene más agua y proteínas, lo que la convierte en una excelente opción para quienes buscan mantener un peso saludable.
Además de ser una fruta baja en calorías, es rica en nutrientes esenciales como vitamina C y vitamina A, los cuales son fundamentales para fortalecer el sistema inmunológico y la salud ocular.
La tuna es rica en antioxidantes que son compuestos que nos ayudan a proteger nuestras células contra los daños causados por los radicales libres. Estos antioxidantes, junto con las fibras de la tuna, pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol ‘malo’ y prevenir las enfermedades cardiacas.
Es por ello que la tuna es una fruta nutritiva y saludable que puede ser una excelente para saciar el hambre e incluir en una dieta balanceada. Recuerda que debes consultar a un especialista para recomendarte cuál es la cantidad ideal para que consumas.