Si bien la investigación sobre los efectos de los baños de agua helada en la salud aún está en curso, existen algunas pruebas que respaldan algunas de las afirmaciones de quiénes realizan esta práctica.
1.- Mejora del rendimiento deportivo: Algunos estudios sugieren que los baños de agua helada pueden ayudar a reducir la inflamación muscular y el dolor después del ejercicio, lo que podría conducir a una recuperación más rápida y un mejor rendimiento en entrenamientos posteriores.
2.- Reducción del estrés y la ansiedad: La inmersión en agua fría puede activar la liberación de endorfinas, las hormonas “de la felicidad”, que tienen un efecto calmante y pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.
3.- Estimulación del sistema circulatorio: La exposición al agua fría puede estimular el sistema circulatorio, lo que puede tener beneficios para la salud cardiovascular.
4.- Mejora del estado de ánimo: Algunos estudios han encontrado que la inmersión en agua fría puede mejorar el estado de ánimo y reducir los síntomas de la depresión.
¿Qué tan bueno es sumergirse en agua helada?
A pesar de estos posibles beneficios, los baños de agua helada también pueden conllevar riesgos, como:
1.- Riesgo cardiovascular: Las personas con afecciones cardíacas o circulatorias preexistentes deben consultar con un médico antes de sumergirse en agua fría.
2.- Hipotermia: Es importante evitar permanecer en agua fría durante demasiado tiempo, ya que esto puede provocar hipotermia, una condición peligrosa en la que la temperatura corporal desciende por debajo de los 35 °C.
3.- Dolor e incomodidad: La inmersión en agua fría puede ser incómoda y dolorosa, especialmente para las personas que no están acostumbradas.
Los baños de agua helada pueden ofrecer algunos beneficios potenciales para la salud, pero es importante ser consciente de los posibles riesgos y tomar precauciones para hacerlo de forma segura.
