En el estudio realizado, se pudo comprobar a través de 30 personas adultas que realizaban actividades con perros como acariciarlos, abrazarlos, salir a caminar, correr o jugar, pudieron presentar sus “espectros de potencia alfa (..) indicaron que el estado de relajación y reposo del cerebro aumentaba significativamente”.
La simple presencia de un perro puede reducir los niveles de la hormona del estrés, y aumentar la producción de oxitocina, conocida como la “hormona del amor”, lo que nos ayuda a sentirnos más relajados y felices. El juego es una forma natural de liberar tensiones y canalizar emociones, permitiéndonos olvidar nuestras preocupaciones.
"Yoyo jugando de cachorro". | ¡Sal a caminar con tu lomito! (Especial: Mónica Correa.
La interacción con nuestras mascotas también puede mejorar nuestra salud social y emocional. Los perros son expertos en brindar compañía y apoyo emocional, especialmente durante momentos difíciles. Su presencia ayuda a sentirnos menos solos y más conectados con el mundo que nos rodea.
Su amor incondicional, su alegría contagiosa y su capacidad para ofrecer consuelo y apoyo son un regalo invaluable que debemos apreciar y aprovechar al máximo. La próxima vez que te sientas abrumado por el estrés, tómate un tiempo para jugar y disfrutar con tu perro.
